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La
cuesta y otros cuentos
Sevilla, Caja Rural, 1979. (Premio Aljarafe de cuentos)
Cuentos de cal y sol
Sevilla, Lautaro, 1990.
La soledad repartida
Sevilla, Diputación, 2000.
CUENTOS DE CAL Y SOL
Extracto del prólogo de Rafael
de Cózar:
"Uno de los rasgos característicos del andaluz,
como individuo perteneciente a una raza antigua es, sin duda,
el saber contar, especialmente desde la oralidad. Ya no importa
tanto lo que se cuente, sino ese modo de desarrollar cualquier
historia a medio camino entre lo sucedido y la imaginación,
con la complacencia de quien tiene tiempo y saber merodear
al lenguaje frente a un auditorio. La hipérbole, la
exageración tienen su mejor expresión en el
tradicional chiste. una de las formas que considero más
serias de la "narrativa"-, a la vez que de algún
modo revela la forma que tiene cada cultura de expresar su
visión del mundo. No es una casualidad, por tanto,
el merecido prestigio del andaluz en estas fórmulas
que considero injustificadamente menospreciadas y sirvan tambien
estas líneas como punto de partida para introducir
ese aspecto de la personalidad de José María
Requena, que me parecen importante."
Un texto de "Cuentos de cal
y sol"...
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La sequía
Desde la torre se ofrece todo el pueblo en redondo,
al alcance de la vigilancia. Los dos guardias civiles
curiosean con detalle las campanas. Se aniñan
sus rostros en regreso mental a sus tiempos de monaguillos.
Tentados se muestran de voltear el bronce más
ligero, chorreante de grasa negra el eje, inquieto,
oscilante, el delgado badajo al menor soplo del aire
quemado que llega de Levante, ensortijando remolinos
allá por donde las sombras de las calles desembocan
en los principios calizos del paisaje reseco. Alguna
que otra nubecilla, apenas ribeteada de prometedora
negrura, solivianta en plazoletas y tejados los sedientos
deseos de lluvia.
-Ahora estarán llegando
a la ermita -apunta el guardia más espigado y
joven- ¿Tú crees que la Virgen mandará
el agua?
El compañero, alrededor de los cuarenta, canas
primeras engarabitadas al filo acharolado del tricornio,
arruga las facciones en un gesto que no es de duda,
pero que tampoco se acompasa mucho con devociones y
fervores.
-¡Ha visto uno tantas
cosas! -aclara el veterano con el decir pausado que
le rentaron tantos años de tener que remorderse
a diario tantísima impaciencia-. Cuando tenía
tus años, más o menos, estaba yo en pueblo
del norte, donde ocurría todo lo contrario que
en este. Raro era el año que no se crecía
el cabrón del río. Cuando la corriente
empezaba a salpicar los bancos de la plaza, todos empezaban
la huida, como de costumbre, cuesta arriba, hacia la
cumbre de la ermita, donde tenían preparados
ya viejos caserones para aguantar el tiempo de la crecida.
Y, a rezar: horas y horas rezándole a la Virgen
del Río. Y te digo la verdad: yo me quedé
helado cuando vi cómo las aguas bajaban al mismo
ritmo con que aquella gente cantaba la salve...
-A mí lo que más
me impresionó fue ver cómo hoy se iban
también hasta los enfermos más graves,
en lo alto de aquellos camiones con sombrajos...
La blancura brillante de la cal sobrecogía bajo
el riguroso silencio de todo un pueblo vacío.
-Hasta los perros se han ido
a las cumbres.
Los dos guardias, sin ponerse de acuerdo, iniciaron
la bajada por la escalerilla encaracolada. Sonaba en
las cartucheras la cargazón cobriza y temible
de las balas, prudentes y cuidadosos los movimientos
de las cabezas para no ganarse un arañazo de
piedra antigua sobre el brillo imponente de los tricornios.
Nada más atravesar la portezuela de entrada a
la torre, el guardia cuarentón respiró
a lo hondo, avanzando por la oscuridad del templo.
-Hay que ver lo fresquitas que
están por el verano todas las iglesias. Dan ganas
de venirse aquí a dormir la siesta.
En el altar mayor, sólo la llamita, nerviosa
y minima, de una lámpara de aceite rompía
la oscuridad del retablo.
El guardia jovencillo dobló la rodilla al cruzar
ante el sagrario. El otro se conformó con hacer
una inclinación de cabeza más reglamentaria
que respetuosa.
De pronto, por la redondez antigua de la bóveda
se paseó suave un eco que tenía mucho
de trueno muy lejano. Los dos guardias salieron iluminados
por la puerta mayor de la iglesia, hacia la polvorienta
plaza principal del pueblo. Miraron hacia arriba. El
cielo continuaba igual que siempre, con su azul tranquilo,
perfecto y sacástico. Ni una sola nube negra
manchaba de esperanza un techo de alegría tan
enemiga.
-Es curioso - dijo el guardia
más joven-, Ahora, debajo de ese techo tan azulina,
me imagino a Dios como día muy oscuro, de mucha
lluvia cayendo sobre los surcos resecos.
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Marzo de 2011
Carmona a
vuela pluma
La Delegación de Cultura
del Exmo Ayuntamiento de Carmona, Olavide en Carmona
y Servilia Ediciones, presentaron en el Parador Nacional
de Carmona el libro: "Carmona
a vuela pluma. Antología de escritos carmonenses.
José Maria Requena". Antonio Montero
Alcaide, editor de la obra, junto a Juan María
Jaén Ávila, hicieron una semblanza de
los textos recopilados y la biografía del autor.
ampliar>>
Junio de 2010
Pintura y
poesía
Entre el 4 y 20 de junio se expone en la Biblioteca
Pública Municipal de Carmona una muestra
de pintura a cargo de alumnos del Aula de Pintura
de Carmona, que bajo dirección de la profesora
Dña. Manuela Bascón han realizado una
serie de cuadros inspirados en poemas de José
María Requena. ampliar>>
Enero de 2010
Memorias del
periodismo sevillano
Con motivo del primer centenario de la Asociación
de la Prensa de Sevilla, se presentó la
obra "Periodistas
de Sevilla (Retratos de autores de dos siglos)",
editada por Mª José Sánchez-Apellániz,
y que recoje un homenaje a las personalidades más
destacadas del periodismo hispalense en los últimos
dos siglos. ampliar>>
Julio de 2008
Décimo
aniversario
El 13 de julio de 2008 se cumplen diez años
de la muerte de José María Requena.
El escritor sevillano Antonio
Montero Alcaide homenajea su memoria en un artículo
en ABC de Sevilla. ampliar>>
Noviembre de 2002
Publicada
la obra completa
Editada por el Ayuntamiento de Carmona, ya está
disponible el tercer y último tomo de las obras
completas de José María Requena.
Se trata de un total de tres volúmenes que
recogen toda su producción poética,
novelística, ensayística y de narrativa
breve, además de una selección de artículos
de prensa y diversos textos. Para más detalles:
archivo@carmona.org
Teléfono: 954191458
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Antonio Petit Caro
Reivindicación
de José Mª Requena en el cincuenta aniversario
de la muerte de Juan Belmonte
"Ahora que se conmemora con
los honores que le son debidos a su memoria los 50 años
de la
muerte de Juan Belmonte, es momento para reivindicar
la autoría de la primicia periodística
de aquella luctuosa noticia. Y es que fue el escritor,
poeta y periodista sevillano José María
Requena quien primero lanzó al mundo la versión
completa de lo que no fue sino una tragedia en "Gómez
Cardeña"...." ampliar>>
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Manuel Losada Villasante
En recuerdo
de José M. Requena
"Compartí con José
María Requena -hombre de pueblo entrañado
con el campo- momentos inolvidables a lo largo de la
infancia, juventud y edad madura, y me sentí
muy unido a él humana y espiritualmente..."
ampliar>>
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Enrique Montiel
José
M. Requena, una teoría de Andalucía
"Y es que resulta en extremo
difícil desproveer la narrativa de Requena, tan
pulcra y bien hecha, de lo sociológico, de lo
político, de lo histórico..." ampliar>>
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