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Gente
del Toro
Madrid, PPC, 1969.
Toro Mundo
Sevilla, Muñoz Moya y Montraventa, 1990.
Versión un tanto literaria de la Semana Santa
de Sevilla
Sevilla, Servicio Publicaciones Universidad de Sevilla.
VERSIÓN UN TANTO LITERARIA
DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA
Con un prólogo de José
Sánchez Herrero, se inicia esta visión multidisciplinar
de la Semana Santa de Sevilla. Requena aporta su punto
de vista de novelista junto a la histórico-literaria
de Miguel Cruz Giráldez y la del psiquiatra Javier
Criado Fernández. Un ensayo que enriquece... (...)
Este es el comienzo de su ensayo...
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Las Cofradías de Sevilla
vistas por un novelista
Por José María Requena
Ante todo, para evitar divagaciones y malos entendidos,
conviene subrayar el punto de vista que he preferido,
al menos en esta ocasión, para contemplar, apreciar
e interpretar, a mi manera y por libre, esa grandeza
tan indudablemente tópica y típica que
es la Semana Santa de Sevilla. Dicho sea lo de tópica
y típica en el sentido más sano y alejado
de las intenciones peyorativas. Porque nada hay que
sea tan tópicamente del lugar como lo es la Semana
Santa en Sevilla, así como tampoco se da en nuestra
ciudad ninguna otra reiteración de tamaña
insistencia, durante siglos, sin apenas cambios sustanciales
y con una monotonía tan expresa y cuidadosamente
mantenida, tanto en las denominaciones como en el lenguaje,
en los atuendos, y, sobre todo, en cuanto se refiere
a unos cargos cofradieros que llegaron a ser en su día
auténticas y adelantadas jerarquías seglares
de la Iglesia, primerísima preponderancia de
gente sin hábitos, que, después de congregarse
religiosamente en torno a Cristos y Vírgenes,
terminarían por arracimar afanes de vecindad
y de gremios al pie de unos altares, hasta el punto
de llegar a sacar esos mismos altares a
la calle, por considerarlos muy suyos, casi del todo
y exclusivamente suyos, aunque los curas párrocos
de entonces pudieran opinar lo contrario.
Para mí, en un principio, el paso
fue el altar de los santos titulares de la cofradía,
de la hermandad, del agrupamiento de hombres pertenecientes
a un mismo oficio. Todavía está por hacer
la pequeña y gran historia que se puede hilar
y deshilar a cuenta de este altar del Señor o
de ese otro altar de Virgen a la hora de perfilar y
conocer las líneas maestras de la Semana Santa.
Una Semana Santa, que, como tema sociológico,
se presta demasiado poco a los planteamientos rigurosos
y preconcebidos.
Por el contrario, el motivo cofradiero es de los que
se revuelven y enroscan, obligando al retorno de capítulos
que se dieron por cancelados, quizá porque, al
tratarse de una manifestación tan dada a lo estrictamente
reglamentario, se produce, de rechazo, esa especie de
fermentación inacabable de sugerencias que acosarán
siempre las plateadas tapas de Las Reglas.
Historiadores tiene Sevilla, y bien buenos, y cofrades
tienen las hermandades de Sevilla, y bien fervorosos
y detallistas. Con esto quiero apuntar que ni estoy
capacitado para hacer historia de la Semana Santa sevillana,
ni mucho menos, para inscribirme en la nutrida candidatura
de futuros pregoneros hispalenses. Lo mío, por
puras razones de limitación, habrá de
quedarse en eso: en una versión un tanto
literaria de la Semana Santa de Sevilla, en una
cariñosa interpretación llevada a cabo
por quien se siente emocionado aún al encontrarse
con alguno de los densos y raros silencios que cada
imagen lleva consigo en defensa del misterio, cuando
el desfile se hace un poco más ruidoso que de
costumbre.
Con todos mis respetos de creyente de a pie, quisiera
conseguir, nada más y nada menos, que reflejar,
aunque sólo fuese en parte, lo que innumerables
sevillanos sienten durante su Semana Santa. Y no sólo
aquello que sienten, sino también aquello que
intuyen en ese inusitado y atrevido modo de celebrar,
con liturgia callejera, las jornadas más transcendentes
de la Redención, bajo la bóveda del cielo,
al filo chillón de las tabernas, bajo las altas
y tupidas ventanas de los conventos, o acaso al cruce
de alguna plaza agriada por las magdalenas tristezas
de la prostitución. Desfile, pues, para ricos
y pobres, para devotos y gentes descreídas, reclamados
todos por inciensos y perfumes, por músicas,
gestos y brillos, por velas y oros y platas...
Tan complejo es este sensitivo mundo semanal de cada
calendario, que, a la vista está cómo
se desborda la temática, nada más iniciada
la exposición de propósitos, de puntos
de vista y demás intentos de ordenar por anticipado
la no pequeña osadía de ofrecer una interpretación
personal, aunque eso sí, orientada en sus intenciones
a buscar los mayores acercamientos con otras muchas
formas de ver y apreciar la Semana Santa sevillana.
Hora es ya de que entremos en materia, más o
menos sistemáticamente, mediante los auténticos
derroches de improvisación y corazonadas que
requiere y merece una manifestación pública
tan paradójicamente rigorista en las aritméticas
de sus Reglas y tan de antiguo tentada por la ilusión
de verificar la primera rebeldía de los seglares,
no frente a la jerarquía eclesiástica,
sino muy habilidosamente perpetrada al lado mismo de
las sillas episcopales, en un ten con ten que dura siglos
y que constituye un sorprendente prodigio de diplomacia,
aunque, de cuando en cuando, al doblar la esquina de
tal o cual año lejano, se nos fuesen a
Roma por todo tantos o cuantos hermanos mayores
de hermandades sevillanas, para que el Papa en persona
se sirviera resolver unos pleitos que, en cualquier
otra geografía eclesiástica de otros tiempos,
hubiesen resultado poco menos que merecedores de excomunión,
con todas las pavorosas secuelas que son de suponer
en aquellos pretéritos.
En mi opinión, la cofradía, en sus orígenes,
más que una congregación para cultos,
debió ser un cristiano modo de hacerse presentes
y relativamente defendidos por apoyos mutuos, al pie
de un altar del Señor o de la Virgen, no sólo
por devociones, sino también empujados por la
necesidad que los gremios sienten de llegar a ser peso
constante y activo de una sociedad entrecruzada por
muy contadas e inconmovibles fuerzas de predominio.
Y, en mi literaria prisa por distanciarme de lo antiguo,
precisamente para evitar errores históricos,
se me ocurre imaginar, sin más, que a alguien
de sabe Dios qué año, probablemente un
recio menestral de alguno de nuestros pueblos, propuso
la ocurrencia de sacar a la calle el altar, entero,
de la Virgen titular de la hermandad. Albañiles
no faltarían para descuajar y reponer losetas
y azulejos. Y, ahí que va el altar de una Dolorosa,
arrancado de su pared oscura de la Iglesia, entre los
gritos sudorosos del párroco, ay, Señor,
perdónalos, Señor... Y con la imagen y
el altar, la dorada talla del retablo... ¡Que
avisen, que llamen al señor obispo!
Y allá fue a la calle el primer paso,
el altar, probablemente, encima de una gran parihuela,
soportado el gran peso por espaldas y hombros poderosos
de gente poseedora de la bien trabajada musculatura
de los pobres. (...)
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Marzo de 2011
Carmona a
vuela pluma
La Delegación de Cultura
del Exmo Ayuntamiento de Carmona, Olavide en Carmona
y Servilia Ediciones, presentaron en el Parador Nacional
de Carmona el libro: "Carmona
a vuela pluma. Antología de escritos carmonenses.
José Maria Requena". Antonio Montero
Alcaide, editor de la obra, junto a Juan María
Jaén Ávila, hicieron una semblanza de
los textos recopilados y la biografía del autor.
ampliar>>
Junio de 2010
Pintura y
poesía
Entre el 4 y 20 de junio se expone en la Biblioteca
Pública Municipal de Carmona una muestra
de pintura a cargo de alumnos del Aula de Pintura
de Carmona, que bajo dirección de la profesora
Dña. Manuela Bascón han realizado una
serie de cuadros inspirados en poemas de José
María Requena. ampliar>>
Enero de 2010
Memorias del
periodismo sevillano
Con motivo del primer centenario de la Asociación
de la Prensa de Sevilla, se presentó la
obra "Periodistas
de Sevilla (Retratos de autores de dos siglos)",
editada por Mª José Sánchez-Apellániz,
y que recoje un homenaje a las personalidades más
destacadas del periodismo hispalense en los últimos
dos siglos. ampliar>>
Julio de 2008
Décimo
aniversario
El 13 de julio de 2008 se cumplen diez años
de la muerte de José María Requena.
El escritor sevillano Antonio
Montero Alcaide homenajea su memoria en un artículo
en ABC de Sevilla. ampliar>>
Noviembre de 2002
Publicada
la obra completa
Editada por el Ayuntamiento de Carmona, ya está
disponible el tercer y último tomo de las obras
completas de José María Requena.
Se trata de un total de tres volúmenes que
recogen toda su producción poética,
novelística, ensayística y de narrativa
breve, además de una selección de artículos
de prensa y diversos textos. Para más detalles:
archivo@carmona.org
Teléfono: 954191458
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Antonio Petit Caro
Reivindicación
de José Mª Requena en el cincuenta aniversario
de la muerte de Juan Belmonte
"Ahora que se conmemora con
los honores que le son debidos a su memoria los 50 años
de la
muerte de Juan Belmonte, es momento para reivindicar
la autoría de la primicia periodística
de aquella luctuosa noticia. Y es que fue el escritor,
poeta y periodista sevillano José María
Requena quien primero lanzó al mundo la versión
completa de lo que no fue sino una tragedia en "Gómez
Cardeña"...." ampliar>>
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Manuel Losada Villasante
En recuerdo
de José M. Requena
"Compartí con José
María Requena -hombre de pueblo entrañado
con el campo- momentos inolvidables a lo largo de la
infancia, juventud y edad madura, y me sentí
muy unido a él humana y espiritualmente..."
ampliar>>
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Enrique Montiel
José
M. Requena, una teoría de Andalucía
"Y es que resulta en extremo
difícil desproveer la narrativa de Requena, tan
pulcra y bien hecha, de lo sociológico, de lo
político, de lo histórico..." ampliar>>
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