Mª Gracia Pérez Tomillero



  Noche

 

Ceniza, más ceniza, urgentemente.
Ceniza de las manos,
ceniza de las luces, de las alas,
de las tardes cantando,
ceniza de la madre sonriente,
ceniza dislocada de los labios.

No quiero que me falte la ceniza
de nada en esta noche de olvidado.
Por Dios, amigos míos, que me mandéis
ceniza de niñez con sol y campo,
ceniza de tristeza de colegio,
ceniza pensativa de borracho.

Ceniza que me manden las mujeres
quemándome y quemándose en mis brazos.
Ceniza hasta la muerte de ceniza.
Ceniza hasta los grises del nublado.
Ceniza, más ceniza necesito
para esta noche garra del espanto.

 
José María Requena (La sangre por las cosas)